Se puede definir como la combustión de un puro de moxa con la finalidad de producir calor.
El puro de moxa es un cigarro hecho de artemisa vulgaris, la cual es tratada, secada y preparada para tal fin.
La utilización del calor adquiere una gran eficacia si se aplica sobre puntos concretos del cuerpo (o zonas), p.e. en los puntos acupunturales cuyos beneficios y acción sobre las enfermedades son de sobra conocidas.
Cualquier estímulo través de la piel, es conducido por los nervios desde la periferia hasta el cerebro. La piel es el punto de partida desde donde se toma esta información y a través de la acción reflexoterapéutica, los distintos receptores captan los estímulos del calor que provoca la moxibustión y los envían al cerebro.
Para la aplicación de la moxibustión se utilizan múltiples técnicas y recursos terapéuticos, con la finalidad de activar el movimiento de Qi que transcurre por los canales de energía que recorren el cuerpo. Entre otras cosas se puede aplicar para eliminar el frío interno, recuperar el Yang agotado o dispersar los agentes patógenos. Así como también revitalizar el organismo, aumentar la movilidad articular y flexibilidad muscular, a la vez que potencia la energía interna.
La moxibustión es un tratamiento de alta efectividad para aliviar las dolencias crónicas como: estrés, dolor lumbar, de rodillas, fibromialgia, contracturas musculares, ciática, calambres musculares, dolor de cabeza, estreñimiento, fatiga crónica, rigidez y dolor articular, vértigo, mareos, acúfenos, resfriado común, manos y pies fríos, retención de líquidos, problemas de circulación sanguínea y linfática, bruxismo (ATM), ansiedad crónica, problemas respiratorios crónicos, fatiga visual, insomnio, entre otros. En cualquier caso, es el terapeuta quien decide cómo tratar cada problema dependiendo de etiología del mismo.